sábado, 12 de junio de 2010

Hijos nuevos

....

....Ellos se asomarán por la puerta y la verán completamente azul, desnuda en todo su esplendor. Al principio no será fácil comprender, quizás por temor, pero la curiosidad será dominante e ingresarán. La casa será espaciosa, sus paredes estarán cubiertas por alfombras o empapelados brillantes. No podrán ignorar las baldosas doradas. Seguirán avanzando a paso lento, juntos. No desearán separarse y el grupo será uno. Sentirán cómo las diferencias se diluyen en los colores que se acercan desde las paredes. Los pasos serán tímidos. Mirarán para atrás pero la puerta ya estará cerrada. No sabrán cómo pasó.

....Después de lo que parecerán horas se encontrarán frente al altar. La figura habrá minado en gran parte sus fuerzas. Sentirán que pasaron días desde que cruzaron el pórtico. Años desde que se enteraron de la existencia del templo. Lo de antes habrá sido otra vida, supondrán. En algún momento querrán mirarse entre ellos. Girarán apenas la cabeza pero no se reconocerán unos a otros. Nada será como ahora. Nada importará más que su cuerpo azul, su esplendorosa figura. Una vez que los haya reconocido, su mirada magnética no los abandonará. Un silencio agudo cegará sus oídos, la belleza callará sus ojos. Ya no desearán nada más. Y la transformación será completa.